viernes, 3 de mayo de 2013

Técnica para mejorar la comunicación no verbal! =)


1. Respetar el espacio personal

Cada persona tiene su propio círculo o territorio e “invadirlo” resulta frecuentemente en que nuestro interlocutor de un paso atrás o se muestre incómodo.
Ese espacio personal será tanto mayor, cuanto menos conozcamos a la persona.
La recomendación es, por tanto: no te acerques demasiado. Como guía, 2 ó 3 metros, más o menos, es la distancia entre personas que apenas se conocen (la llamada “zona social“).

2. Cuidado con tocarse la cara

Hay bastantes gestos que delatan que lo que se está contando es falso.
Obviamente, no siempre. Hay que observarlos en el contexto.
Aun así, atención a estos ejemplos: taparse la boca con la mano, tocarse la nariz, frotarse los ojos o rascarse el cuello pueden lanzar el mensaje de que no se está siendo honesto.
Si quieres evitar que el interlocutor perciba una disonancia entre lo que dices y tu lenguaje corporal, cuidado con estos gestos, especialmente con tocarte la nariz.
Si acaso, tócate la barbilla, que eso denota interés y reflexión.

3. Cuidado con las posturas cerradas

Cruzar los brazos o las piernas durante una conversación suele significar que se adopta una actitud defensiva. Lo mismo ocurre cuando se sostiene un objeto “a modo de barrera” contra el pecho.
Brazos y piernas cruzados también pueden lanzar el mensaje de que te importa muy poco lo que te están contando.
Pero, claro, no nos pongamos extremistas con esto, porque hay quien cruza las piernas por costumbre al sentarse o hace lo mismo con los brazos cuando tiene frío. Sólo tenlo en cuenta.

4. Mantener el contacto ocular adecuado

Las personas honestas suelen mirar a los ojos y, además, inspiran más confianza que aquellas que rehuyen la mirada. Eso está claro.
Pero un contacto ocular prolongado o muy intenso puede transmitir agresividad o interés sexual. Luego, no es recomendable pasarse.
Si la situación no tiene nada que ver con la intimidad o la intimidación, desvía la mirada por instantes, no mires como si fueras a fundir hielo con los ojos y considera la franja entre los ojos y la boca de tu interlocutor.

5. Asentir

Cuando asientes con la cabeza, el interlocutor recibe el feedback de que estás comprendiendo lo que te dice y, además, te interesa y estás de acuerdo. Así que es un gesto muy útil, siempre que no abuses de él.

6. Sonreír

Si hay ocasión para ello, sonríe. Especialmente, la primera vez que te encuentras con esa persona.
Según Goleman (el famoso estudioso de la inteligencia emocional), “el cerebro humano prefiere rostros felices”.
Eso sí, procura que la sonrisa sea sincera. Las sonrisas falsas son fáciles de detectar y no siempre causan buena impresión.
¿Solución? Acostúmbrate a sonreír a menudo. La sonrisa, además de ser un recurso comunicativo poderoso, mejora las relaciones sociales.
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Todo esto es muy básico, pero nos conviene afianzarlo en nuestro repertorio de habilidades comunicativas.
A fin de cuentas son sencillísimos hábitos con los que mejorarán nuestras interacciones, ¿no te parece?

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